La situación de los romanís en Europea es como la de "un pez de las profundidades: no ven la luz, pero quieren vivir en ella", asegura la eurodiputada socialista húngara Magda Kósáné Kovács, ponente de un informe sobre el pueblo gitano. Se trata de la minoría étnica más numerosa de Europa, con entre diez y doce millones de personas.
Hace un año presentó su estrategia sobre el pueblo romaní. ¿Puede explicar en qué se centra su informe?
Se trata más de un memorándum de entendimiento que de una estrategia. Necesitamos saber las herramientas y recursos que podemos movilizar para lograr los objetivos, que aún no han sido determinados. Todavía hay que elaborar una estrategia concreta, pero eso corresponderá al siguiente parlamento, al que este informe pretende alertar de esa necesidad.
Parece que es necesario que ocurran tragedias para que nos enfrentemos a los problemas: basta con pensar el la inmigración, o en el terrorismo. Desde que las tragedias de Londres y Madrid están en nuestros corazones, no hay necesidad de argumentar por qué debemos ocuparnos de la integración de los inmigrantes, y con su situación en el mercado de trabajo. No me gustaría nada ver que se acelera la elaboración de una estrategia sobre los gitanos porque ocurren hechos de este tipo.
En su informe sugiere que el Parlamento Europeo debería centrarse en los gitanos de Europa central y oriental. ¿Es su situación diferente de los que viven en la parte occidental? ¿Ha cambiado con la ampliación hacia el este de la Unión Europea?
Por supuesto, la situación en Europa central y oriental es diferente de la de otros Estados miembros. Venimos de otro lugar no sólo geográficamente, sino también históricamente. Hemos pasado décadas con la influencia soviética a nuestras espaldas.
Además, el sistema social y económico experimentó un trauma a finales de los ochenta que sacudió toda la región. Esta transformación económica dividió en dos las sociedades de la región, en una mayoría que se adaptó bastante bien y otro grupo sin ninguna posibilidad, de tamaño variable en cada Estado miembro, pero que en algunos podía suponer la tercera parte de la población.
A esto le siguió el segundo shock de la ampliación de la Unión Europea, en el que los que ya habían estado antes en lo más bajo de la sociedad tuvieron las menores oportunidades. No fueron capaces de adaptarse, no tenían el conocimiento necesario para transformarse, y vivían en lugares terribles donde a industria se hundió y no fue reemplazada ni se crearon nuevos empleos.
Y después vino un tercer shock, la crisis económica, que fue el primer trauma en todos los demás Estados miembros desde la Segunda Guerra Mundial, pero el tercero en Europa central y oriental. Los romaníes de la región están en lo más bajo de la sociedad; son como peces de las profundidades, que no ven la luz pero quieren vivir en ella, como cualquier otra persona.
¿Cuáles son las principales medidas que propone para mejorar la situación económica de los gitanos y su acceso al mercado laboral?
La situación de los gitanos en el mercado laboral es un círculo vicioso. No pueden acceder a él porque perdieron sus trabajos al vivir en una región deprimida. A pesar de los fondos comunitarios que reciben los Estados miembros para reinserción laboral, los romaníes no pueden hacer uso de ellos porque les falta la formación básica, o puede que el trabajo más cercano esté a ochenta kilómetros de donde viven, o que no haya medios de transporte para llegar allí. Además, muchas veces no tienen ropa adecuada, o zapatos. Si una mujer gitana quisiera ir a un pueblo cercano a trabajar como cocinera en el comedor de un colegio, es muy importante la pinta que tenga; si parece desaliñada, no será contratada.
Para los que viven en la frontera de la sociedad en Europa central y oriental, la primera opción de ganarse la vida es la tierra, no hay otra. No hay industria, aún existen las manufacturas, pero no hay demanda para ellas. Europa tiene dificultades en encajar esta actividad agrícola de subsistencia en su sistema de subsidios, que funciona sobre la base de una lógica muy distinta: la de la eficacia, la competitividad y los beneficios de mercado. Hay que crear cooperativas sociales, la tierra debe ser arrendada y la Unión Europea debe subvencionar estas actividades con un tipo distinto de lógica. Además, es muy importante que los niños tengan acceso a una educación de calidad y no segregada.
Se trata más de un memorándum de entendimiento que de una estrategia. Necesitamos saber las herramientas y recursos que podemos movilizar para lograr los objetivos, que aún no han sido determinados. Todavía hay que elaborar una estrategia concreta, pero eso corresponderá al siguiente parlamento, al que este informe pretende alertar de esa necesidad.
Parece que es necesario que ocurran tragedias para que nos enfrentemos a los problemas: basta con pensar el la inmigración, o en el terrorismo. Desde que las tragedias de Londres y Madrid están en nuestros corazones, no hay necesidad de argumentar por qué debemos ocuparnos de la integración de los inmigrantes, y con su situación en el mercado de trabajo. No me gustaría nada ver que se acelera la elaboración de una estrategia sobre los gitanos porque ocurren hechos de este tipo.
En su informe sugiere que el Parlamento Europeo debería centrarse en los gitanos de Europa central y oriental. ¿Es su situación diferente de los que viven en la parte occidental? ¿Ha cambiado con la ampliación hacia el este de la Unión Europea?
Por supuesto, la situación en Europa central y oriental es diferente de la de otros Estados miembros. Venimos de otro lugar no sólo geográficamente, sino también históricamente. Hemos pasado décadas con la influencia soviética a nuestras espaldas.
Además, el sistema social y económico experimentó un trauma a finales de los ochenta que sacudió toda la región. Esta transformación económica dividió en dos las sociedades de la región, en una mayoría que se adaptó bastante bien y otro grupo sin ninguna posibilidad, de tamaño variable en cada Estado miembro, pero que en algunos podía suponer la tercera parte de la población.
A esto le siguió el segundo shock de la ampliación de la Unión Europea, en el que los que ya habían estado antes en lo más bajo de la sociedad tuvieron las menores oportunidades. No fueron capaces de adaptarse, no tenían el conocimiento necesario para transformarse, y vivían en lugares terribles donde a industria se hundió y no fue reemplazada ni se crearon nuevos empleos.
Y después vino un tercer shock, la crisis económica, que fue el primer trauma en todos los demás Estados miembros desde la Segunda Guerra Mundial, pero el tercero en Europa central y oriental. Los romaníes de la región están en lo más bajo de la sociedad; son como peces de las profundidades, que no ven la luz pero quieren vivir en ella, como cualquier otra persona.
¿Cuáles son las principales medidas que propone para mejorar la situación económica de los gitanos y su acceso al mercado laboral?
La situación de los gitanos en el mercado laboral es un círculo vicioso. No pueden acceder a él porque perdieron sus trabajos al vivir en una región deprimida. A pesar de los fondos comunitarios que reciben los Estados miembros para reinserción laboral, los romaníes no pueden hacer uso de ellos porque les falta la formación básica, o puede que el trabajo más cercano esté a ochenta kilómetros de donde viven, o que no haya medios de transporte para llegar allí. Además, muchas veces no tienen ropa adecuada, o zapatos. Si una mujer gitana quisiera ir a un pueblo cercano a trabajar como cocinera en el comedor de un colegio, es muy importante la pinta que tenga; si parece desaliñada, no será contratada.
Para los que viven en la frontera de la sociedad en Europa central y oriental, la primera opción de ganarse la vida es la tierra, no hay otra. No hay industria, aún existen las manufacturas, pero no hay demanda para ellas. Europa tiene dificultades en encajar esta actividad agrícola de subsistencia en su sistema de subsidios, que funciona sobre la base de una lógica muy distinta: la de la eficacia, la competitividad y los beneficios de mercado. Hay que crear cooperativas sociales, la tierra debe ser arrendada y la Unión Europea debe subvencionar estas actividades con un tipo distinto de lógica. Además, es muy importante que los niños tengan acceso a una educación de calidad y no segregada.
Ref. : 20090309STO51242
Más información :
- Informe sobre la situación social de los romaníes
- Nota de prensa: por el acceso de la población gitana al mercado laboral
- Perfil de la eurodiputada Magda Kósáné Kovács
- El Parlamento Europeo, en busca de una estrategia sobre la comunidad romaní
- Entrevista con el grupo musical Vaya Con Dios: "La música gitana ha contribuido al arte en general"
- La Unión Europea y el pueblo romaní (en inglés)
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