La crisis económica mundial que nos afecta ha provocado una caída importante de la actividad económica y de la recaudación fiscal, desequilibrando las cuentas públicas correspondientes a 2009, que se liquidaran con déficit.
El gobierno socialista ha subido moderadamente los impuestos, para atender a la población más afectada por la crisis y para poner en marcha un nuevo modelo de crecimiento económico y generación de empleo.
La alternativa del PP, que se esfuerzan en ocultar, es conocida: abaratar el despido, subir los impuestos indirectos y recortar el gasto social, como ya hicieron en tiempos de Aznar, con aquel Decretazo que provocó una huelga general.
La presión fiscal en España está en el 32,8%, 6 puntos menos que la media de la Unión Europea, que es del 39%. Alemania está en el 40% y Francia en el 43%. Tenemos ahora menos presión fiscal 32,8% que cuando el PP dejó el gobierno 34,5%; es decir, 1,7 puntos menos ahora que en 2004.
Tras la subida en 2010 la presión fiscal en España seguirá estando por debajo de cómo la dejo el PP, pero hoy tenemos más Estado de Bienestar, más derechos y prestaciones sociales, mas cobertura del desempleo, mas becas, pensiones más altas, ayudas a la natalidad, más gasto educativo y más de 500.000 personas amparadas por la Ley de la Dependencia.
Para evitar que el déficit se dispare en el próximo ejercicio y pueda verse afectada la solvencia del Estado, para garantizar los servicios públicos y las prestaciones sociales y atender a las familias castigadas por la crisis, el gobierno socialista ha aprobado una subida moderada de algunos impuestos.
Suben un punto, del 18 al 19%, las rentas del capital para los que ingresen hasta 6000 euros por este concepto. Hasta el 21% cuando los ingresos de los depósitos bancarios sean superiores a esta cantidad. Esta subida apenas afecta a la mayor parte de las economías modestas. Si se ingresan 1000 euros de intereses por el dinero que tengamos en los bancos se pagaran 190 euros de impuestos, 7 euros más que ahora.
A partir del 1 de Julio de 2010, cuando se espera que la economía comience a recuperarse, subirá el IVA: del 16 al 18% el general y del 7 al 8% el reducido que se aplica a viviendas, alimentos y espectáculos. Permanece igual el IVA superreducido, que se aplica a alimentos de primera necesidad, medicamentos, libros y viviendas de VPO.
La reforma fiscal suprime la rebaja de los 400 euros en el impuesto de la renta, que se estableció para ayudar a las familias a hacer frente a la subida de las hipotecas, del IPC y de los combustibles. En estos momentos el Euribor está en el 1,2, batiendo record de caída, la inflación es negativa y el petróleo se ha moderado, por lo que parece razonable suprimir esta medida.
En relación con las críticas a la subida de impuestos aprobada por el Gobierno, todos deberán ser coherentes con sus discursos en las instituciones que gobiernan. Por el momento, en el informe de la CECA sobre los tributos locales quedan retratados los alcaldes del PP; el ayuntamiento de Cádiz tiene el tercer IBI más caro de la provincia, después de haberlo subido este año más de 7%, muy por encima de lo que ha subido el IPC. Lo mismo ha ocurrido con la tasa de la basura y el impuesto sobre los vehículos.
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