La aprobación del Tratado de Lisboa ha significado un largo viaje que comenzó en 2004 con la Constitución Europea y el rechazo en referéndum por parte de Francia y Holanda. Tras un periodo de reflexión, el 13 de diciembre de 2007, los líderes de la UE firmaron el Tratado de Lisboa, al que han precedido ratificaciones por parte de cada estado miembro que han durado hasta hoy mismo.
Grandes líneas de Lisboa
El Tratado de Lisboa moderniza la Unión Europea en su sentido más amplio. A nivel institucional, porque adapta la toma de decisiones a una Unión Europea ampliada a 27 estados miembros y pone la visión en futuras incorporaciones. Toma en cuenta nuevos retos como el cambio climático o la globalización, que no se habían tenido en cuenta en el Tratado de Niza, que data de 2001. Los grandes capítulos del Tratado de Lisboa son: Una Unión Europea más democrática y transparente, Una Unión Europea de los derechos, los valores, la libertad, la solidaridad y la seguridad, una Unión Europea que sea actor clave en la escena global. Y usted se preguntará, ¿en qué se concretan estos aspectos?
¿Qué repercusiones tiene el Tratado de Lisboa para los ciudadanos?
Le contamos algunas de ellas:
- Más democracia y más apertura:
- La iniciativa ciudadana: Con 1 millón de firmas de personas de diferentes estados miembros se puede pedir a la Comisión Europea que legisle sobre un determinado aspecto.
- Más poder para el Parlamento Europeo: se generaliza el procedimiento de codecisión (Parlamento Europeo-Consejo). Así los europarlamentarios elegidos en las elecciones europeas tendrán más que decir en la aprobación del presupuesto y en la aprobación de políticas.
- Toma de decisiones más eficiente:
- Actualmente, para que el Consejo de su aprobación a cualquier medida, se requiere que todos los países estén de acuerdo -unanimidad- a la hora de emitir su voto. Gracias al Tratado de Lisboa la toma de decisiones en el seno del Consejo se agilizará al generalizarse el voto por mayoría, aunque las decisiones en los asuntos relacionados con impuestos y defensa deberán seguir tomándose por unanimidad.
- Mejoras institucionales y mayor coordinación en relaciones exteriores
- El Alto Representante para la política exterior de la UE, que depende del Consejo, adquiere una nueva competencia: la de Vicepresidente de la Comisión Europea. De esta manera, se incrementa la coordinación entre Consejo y Comisión Europea en materia de Relaciones Exteriores.
- Se crea la figura del Presidente del Consejo de la Unión Europea, cuyo mandato será por 5 años y que dará más estabilidad a la actual presidencia rotatoria.
- Fomento de nuevas áreas de cooperación: El Tratado de Lisboa contiene importantes disposiciones para reforzar nuevas áreas como son la inmigración ilegal, el combate del crimen organizado, el tráfico de niños y mujeres, además de dar un lugar preeminente al cambio climático y reafirmarse en la necesidad de que la Unión Europea cuente con una política energética sostenible.
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