jueves, 2 de abril de 2009

Prevención del fraude fiscal

— DEL DIPUTADO DON JESÚS ALIQUE LÓPEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA, QUE FORMULA AL SEÑOR VICEPRESIDENTE SEGUNDO DEL GOBIERNO Y MINISTRO DE ECONOMÍA Y HACIENDA: ¿QUÉ VALORACIÓN HACE EL GOBIERNO DE LOS DATOS PRESENTADOS POR LA AGENCIA TRIBUTARIA SOBRE LA APLICACIÓN DEL PLAN DE PREVENCIÓN DEL FRAUDE FISCAL?

El señor ALIQUE LÓPEZ: Gracias, señor presidente. Señor vicepresidente, como SS.SS. conocen, el fraude fiscal constituye una lacra social y es el principal elemento de inequidad del sistema tributario. Además, en la medida en que disminuyen ingresos tributarios se debe garantizar el cumplimiento del deber constitucional de que todos deben contribuir al mantenimiento de los gastos públicos en función de su capacidad económica.
Precisamente por ello, el compromiso del Gobierno en la lucha contra el fraude fiscal ha sido firme y permanente.

En este sentido, en el año 2005 se aprobó un plan de prevención y lucha contra el fraude fiscal que pone su acento en el diseño de medidas preventivas para evitar el fraude y en la investigación como eje esencial de las actuaciones de control con programas específicos relativos,
entre otros, a billetes de 500 euros o el fraude en el sector inmobiliario.
Los resultados, sinceramente, son positivos. En solo tres años de funcionamiento del plan se produjo una notable mejoría en los niveles de cumplimiento tributario hasta el punto de que el resultado acumulado del año 2005 al año 2007 fue de 20.000 millones de euros, y todo ello
sin que se haya llevado a cabo ninguna subida de tipos impositivos. Es más, este Gobierno ha sido el primero de la democracia que ha rebajado el tipo general del impuesto sobre sociedades. ¿Los resultados son mejorables? Sí, siempre son mejorables y por eso el Gobierno en noviembre de 2008 actualizó el plan para adaptarlo a la realidad social con el objetivo de seguir fomentando el cumplimiento voluntario y el control de las áreas de riesgo para luchar contra la economía sumergida.
Para dar respuesta al fraude general y a los incumplimientos más graves en particular, el plan sigue siendo un instrumento eficaz y, por ello, señor vicepresidente, le formulo la siguiente pregunta: ¿Qué valoración hace el Gobierno de los datos presentados por la Agencia tributaria sobre la aplicación del Plan de prevención de fraude fiscal?
Muchas gracias. (Aplausos.)
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Alique.
Señor vicepresidente del Gobierno.
El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO DEL GOBIERNO Y MINISTRO DE ECONOMÍA Y HACIENDA (Solbes Mira): Muchas gracias, señor Alique.
Estoy de acuerdo con usted en que en los últimos tiempos se ha producido un cambio significativo de orientación en las actuaciones de la Agencia Tributaria y especialmente ese cambio ha sido consecuencia del Plan de prevención del fraude fiscal de febrero de 2005.
Las razones que motivaron la elaboración del plan son de diversa naturaleza pero, en todo caso, hay un denominador común que se halla en la necesidad de mejorar la eficacia de la prevención de los incumplimientos tributarios, como usted también ha dicho. Por una parte, la medida en que el fraude fiscal disminuye los recursos de la Hacienda pública condiciona el nivel de calidad de servicios públicos y de las prestaciones sociales, pero por otra parte, el fraude distorsiona también sobre todo —y es un tema fundamental— los comportamientos económicos de los ciudadanos en la medida en que genera tratamientos desiguales, ya que los contribuyentes que cumplen con sus obligaciones están en peor situación que aquellos que las incumplen. Se entiende por ello que la eficacia en la prevención y lucha contra el fraude fiscal debe ser un objetivo prioritario en todos los sentidos. Tras cuatro años desde su aprobación, cabe destacar que el plan ha dado lugar a un incremento recaudatorio directo muy significativo. En el año 2008 la recaudación directa, incluyendo las minoraciones de devoluciones, asciende a 6.518 millones de euros, prácticamente un 10 por ciento más que en 2007. Por otra parte el plan ha permitido optimizar las actuaciones de control, no solo para obtener un efecto recaudatorio directo por medio de la regularización de los incumplimientos, sino también con la finalidad de generar efectos inducidos. Si se tienen en cuenta el efecto recaudatorio directo y el inducido, derivado de las regularizaciones voluntarias por los contribuyentes y el resultado acumulado de los años 2005 a 2008, estamos hablando de 27.400 millones de euros, y en concreto en 2008 la aplicación del fraude ha permitido recaudar 8.000 más.
La valoración por tanto no puede ser otra que positiva.
Muchas gracias. (Aplausos.)
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor
vicepresidente del Gobierno.

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