El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, se dirigió hoy al nuevo Parlamento Europeo para exponer las prioridades de su Gobierno durante la presidencia de la UE, que asumió el pasado 1 de julio hasta final de año, momento en el que España tomará el testigo.
Según Reinfeldt, la sueca será una de las presidencias del Consejo de la UE que, en los últimos años, tendrá ante sí "los retos más duros". Tras repasar la progresiva imbricación de Suecia en Europa, el primer ministro desgranó sus prioridades, prestando especial atención al cambio climático, el Tratado de Lisboa y la lucha contra la crisis económica y financiera.
Respecto a la lucha contra el calentamiento global, apostó por que la UE asuma el liderazgo contra esta amenaza de cara a la cumbre de la ONU en Copenhague. "Nuestro mundo tiene fiebre, una fiebre que no para de subir; nos corresponde a nosotros reaccionar", afirmó. Entre otras medidas, abogó por fomentar las energías renovables. Asimismo, propuso que la UE "hable con una sola voz" y que intente aglutinar una "coalición mundial" contra el cambio climático.
En su opinión, no basta con limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, ni que sólo lo hagan los países desarrollados. Por ello, destacó la necesidad de que la UE estudie cómo puede ayudar a los países en vías de desarrollo a limitar su impacto sobre el cambio climático a través, especialmente, de la transferencia tecnológica y de la financiación. También sugirió la posibilidad de adoptar otras medidas como establecer impuestos por las emisiones de gases de efecto invernadero o profundizar en el comercio entre países con límites de emisiones.
En cuanto a la lucha contra la crisis económica y financiera, aseguró que una "acción coordinada por parte de la Unión Europea es la mejor herramienta". En este ámbito, y además de las medidas que ya ha adoptado, la UE tendrá que aprobar en otoño las herramientas que le permitan "salir de la crisis". Entre otros ámbitos, urgió a "abandonar rápidamente" la situación de déficit presupuestario público en la que se encuentra la mayoría de países de la Unión, ya que ésta es "la mejor forma de proteger el Estado de bienestar" de los países europeos. También abogó por reformar la Estrategia de Lisboa para reactivar el empleo y el crecimiento económico, y lamentó que tres de cada diez jóvenes europeos en edad de trabajar se encuentren fuera del mercado laboral.
Por otra parte, alertó de las "tendencias proteccionistas" frente a la situación económica, que podrían dificultar la existencia de una "UE fuerte para salir de la crisis", así como del envejecimiento de la población comunitaria, que habrá que compensar con "un sistema flexible de inmigración para compensarlo".
En cuanto a la aprobación del Tratado de Lisboa, su entrada en vigor garantizará una Unión Europea "más democrática, con más influencia internacional y más flexible". En este sentido, Reinfeldt aseguró que su presidencia se esforzará por garantizar "una transición suave" hacia la nueva arquitectura institucional que contempla el tratado.
En otro orden de cosas, se refirió a la aprobación, durante su presidencia, del programa de Estocolmo, que servirá como base para los avances que se realicen en el espacio único de libertad, seguridad y justicia durante los próximos cinco años. Esta herramienta permitirá combatir, de una forma más efectiva, la delincuencia organizada e internacional y el terrorismo. A la vez, buscará un equilibrio entre estas políticas y el respeto a los derechos civiles y las libertades de los ciudadanos. En este mismo contexto, el país escandinavo perseguirá una política más coherente sobre la política de asilo a nivel comunitario entre los diferentes países.
Reinfeldt también se comprometió a ejercer de "mediador honrado" en los procesos de ampliación de la UE y mostró su esperanza de que se apruebe una "Estrategia del Báltico" en la reunión del Consejo de octubre.
Comisión Europea
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, también destacó los "importantes retos" a los que se enfrenta la presidencia sueca y, en especial, la lucha contra la crisis económica y el calentamiento global.
Respecto a la crisis financiera, aseguró que la "vuelta a la normalidad de la economía" es la "prioridad de la UE", que ha realizado "esfuerzos sin precedentes en este ámbito. Barroso destacó la importancia de la revisión, bajo las presidencias sueca y española, de la Estrategia de Lisboa para fomentar el empleo. También abogó por establecer un "instrumento para la inclusión social" y por reforzar la supervisón y la regulación de los mercados financieros.
En cuanto al cambio climático, aseguró que la UE es la primera región que ha adoptado compromisos vinculantes para frenarlo y afirmó que la Unión "no puede descafeinar sus objetivos" de cara a la cumbre de Copenhague. Para ello, deberá involucrar al resto de la comunidad internacional y ayudar a los países en vías de desarrollo a frenar su impacto sobre el medio ambiente. También afirmó que el 'Programa de Estocolmo' situará al ciudadano "en el corazón de las políticas sobre justicia y seguridad" y se refirió a la aprobación del Tratado de Lisboa como "fundamental" para una "Unión Europea ampliada". Las presidencias sueca y española, afirmó Barroso, "deberán llevar a cabo una transición compleja hacia el nuevo Tratado".
Grupos políticos
El presidente del Grupo Popular Europeo, el francés Joseph DAUL, comentó en el debate que su partido "propone que se refuerce el apoyo a pymes" como forma de acabar con la crisis económica que afecta a todos los estados miembros de la UE. "La crisis económica exige una respuesta europea y no sólo nacional", afirmó. Respecto a la lucha contra el calentamiento global, el diputado afirmó que "Europa tiene que ser líder y lo tiene que demostrar en la próxima cumbre de Copenhague".
En nombre del grupo de los socialistas y demócratas, el alemán Martin SCHULZ subrayó que la creación de empleo debe ser una de las prioridades de la presidencia sueca: "Necesitamos garantizar puestos de trabajo porque la amenaza del desempleo masivo es real". En este sentido, Schulz propuso una "combinación inteligente" entre la protección del medio ambiente y el impulso a la industria.
En cuanto a la presidencia de la Comisión Europea, Schulz recalcó la necesidad de contar con una base legal clara. Si la candidatura de Barroso es aprobada bajo el Tratado de Niza, mientras que el resto de la Comisión es designada después de la aprobación del Tratado de Lisboa, esto "será propio del cómic de Pipi Langstrum". Schulz sugirió que Barroso presente en el Parlamento Europeo sus planes para los próximos cinco años sobre empleo, cambio climático y economía.
Para el presidente del grupo de los liberales, el belga Guy VERHOFSTADT, la ratificación del Tratado de Lisboa es prioritaria, así como la cumbre de Copenhague. Sin embargo, Verhofstadt centró su intervención en la crisis económica y pidió al Gobierno sueco que aplique su experiencia de los años noventa para encontrar una solución europea a la crisis. "Queremos un plan de recuperación único elaborado conjuntamente con la Comisión". Según el eurodiputado belga, la receta contra la crisis incluye una mayor inversión en energías sostenibles.
La copresidenta de los Verdes/ALE, Rebecca HARMS, echó de menos una intervención decidida del presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso ante la crisis económica. Sobre el nuevo pacto verde dijo que su grupo lo defiende, aunque dijo que hay una estrategia económica que va contra el medio ambiente. Por último se mostró a favor de debatir "una nueva definición de la Estrategia de Lisboa, no sólo teórica".
El eurodiputado polaco, Michał Tomasz KAMIŃSKI, quien habló en nombre del nuevo grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, pidió más mercado libre y menos reglamentación para acabar con la crisis económica. Kaminski agradeció a Reinfeldt haber hablado de la lucha contra la criminalidad y se mostró a favor de una Unión Europea ampliada, ya que "en las fronteras del Este hay países que tienen derecho a participar en este espacio democrático". Por otra parte, Kaminski recordó el rechazo irlandés al Tratado de Lisboa y dijo esperar "que se tenga en cuenta esta opinión expresada democráticamente".
En nombre del grupo GUE/NGL, el diputado Lothar BISKY destacó que "la presidencia sueca ha presentado un programa muy ambicioso con respecto a la crisis económica". Bisky apeló a "reconocer los propios errores y asumir las responsabilidades de la UE en favor de la transparencia". El diputado hizo hincapié en la política de fronteras externas. "La Unión Europea debe ser un sitio más atractivo para los inmigrantes económicos. Debemos priorizar un tratamiento humano de los migrantes económicos para luchar mejor contra las causas que originan estos movimientos". En última instancia, Bisky recordó su propuesta de crear un salario mínimo europeo.
En nombre del grupo Europa de la Libertad y de la Democracia, el diputado italiano Francesco Enrico SPERONI, mostró su acuerdo con las propuestas del programa de la presidencia sueca, ya que considera que "está en sintonía con la voluntad de nuestros electores". De igual modo, Speroni subrayó que hay que seguir trabajando para acercar las instituciones a los ciudadanos. "Es necesario superar la crisis de desconfianza que persiste entre los ciudadanos hacia las instituciones europeas", añadió el diputado.
El diputado holandés no inscrito Barry MADLENER dijo que "no creo que la presidencia sueca vaya hacer nada por nosotros", puesto que ya ha reiterado su postura de que "en la Unión Europea se deciden cosas que deberían decidirse a nivel nacional. Nosotros creemos que la Unión Europea debería ser sólo un espacio de cooperación económica y monetaria". Madlener reiteró su rechazo al Tratado de Lisboa y a la adhesión de Turquía a la UE.
Diputados españoles
El socialista español Juan Fernando LÓPEZ AGUILAR llamó la atención sobre la sustitución del programa de la Haya por el de Estocolmo, "que sintetiza las necesidades derivadas del Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia" y que es fundamental para reforzar la cooperación entre los Estados miembros en este ámbito.
López Aguilar invitó a la presidencia sueca a ser "ambiciosa" en este ámbito, puesto que cuestiones como la inmigración, el refugio y la lucha contra el terrorismo se prestan a "posturas reaccionarias" que podrían atentar contra los derechos fundamentales de las personas. En este sentido, recordó que el Tratado de Lisboa refuerza las competencias del Parlamento Europeo, entre ellas el seguimiento de las iniciativas legislativas que la presidencia sueca ponga en marcha.
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