jueves, 8 de abril de 2010

Descontento en el PE por las medidas anticrisis adoptadas para la Eurozona

Los eurodiputados no se han mordido la lengua, y las explicaciones del Presidente del Consejo de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, sobre las medidas adoptadas por los líderes europeos para afrontar la crisis que vive la Eurozona han recibido duras críticas. "Sólo promesas", "decepción" o "serias dudas" han sido algunos de los calificativos que se han escuchado en la sesión plenaria de este miércoles sobre el Consejo Europeo de marzo, centrado en la estrategia para el crecimiento y el empleo.

Un mecanismo que comprende préstamos bilaterales y préstamos del Fondo Monetario Internacional para Grecia en caso de que su situación financiera no mejore; la creación de un grupo de trabajo formado por la Comisión Europea, los Estados miembros y el Banco Central Europeo para crear un marco de resolución de crisis, o intentar elevar la tasa de empleo hasta un setenta y cinco por ciento para las personas de entre 20 y 64 años fueron algunas de las medidas que se adoptaron en la pasada cumbre europea de marzo.

Para Van Rompuy, el acuerdo final, alcanzado a pesar de la gran divergencia de ideas, prueba que la capacidad de la Unión para el compromiso "sigue intacta". En cuanto a la intervención del Fondo Monetario Internacional en el rescate de Grecia, el ex primer ministro belga recordó durante su intervención ante la Eurocámara que esa institución está financiada con dinero europeo. Exigió, no obstante, que se refuercen la vigilancia y los mecanismos de gobierno, ya que tras los problemas presupuestarios subyacen problemas económicos.

Para el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Relaciones Institucionales, Maroš Šefčovič, el resultado del Consejo es satisfactorio, aunque se haya demostrado que hay que mejorar las políticas económicas y de coordinación.

No a la intervención del FMI

Dejar la ayuda a Grecia en manos del Fondo Monetario Internacional supone abandonar una política económica común para caer en una salida tecnócrata, advirtió el socialista austriaco Hannes Swodoba, quien calificó la Cumbre de "decepcionante, especialmente en lo referente a Grecia".

"La única cosa buena de la Cumbre es que ha puesto fin a la indecorosa pelea de París y Berlín", afirmó la alemana de los Verdes Rebecca Harms. Advirtió además de que posiblemente sea el Fondo Monetario Internacional el que establezca los criterios para rescatar a Grecia.

"Esta no es una respuesta europea; estamos permitiendo que los bancos y los mercados financieros digan a los países cómo deben gastar el dinero de los ciudadanos", lamentó el alemán de la Izquierda Unitaria Europea Lothar Bisky.

Duras críticas

Para la popular holandesa Corien Wortmann-Kool, decir que se van a fortalecer las estructuras de gobernanza económica es "sólo una promesa". Remarcó que "la gente quiere resultados" y recordó en nombre del grupo del Partido Popular Europeo que la solidaridad es un camino de ida y vuelta, por lo que exigió a Grecia que adopte medidas de ahorro.

A su vez, el liberal belga Guy Verhofstat expresó "serias dudas" sobre el mecanismo concebido para Grecia, al estar basado en préstamos bilaterales "en lugar de en soluciones europeas", mientras que el británico del grupo por la Europa de la Libertad y la Democracia Nigel Farage opinó que "todos los planes centralizados de la Unión Europea han fallado, y lo mismo ocurrirá con su gobierno económico".

Por su parte, el británico del grupo de Conservadores y Reformistas Europeos Timothy Kirkhope advirtió que "con todo este debate sobre soluciones europeas, la crisis no debería ser un pretexto para extender los poderes de la Unión Europea.

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Ref. : 20100406STO72118

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