martes, 14 de octubre de 2008

La tarjeta azul para inmigrantes cualificados.

La tarjeta azul para inmigrantes cualificados, más cerca

Una mujer en la ventanilla del centro de inmigración de Bruselas (Bélgica)

"Necesitamos canalizar una inmigración legal"

En la Unión Europea harán falta más de veinte millones de trabajadores cualificados en las dos próximas décadas, fundamentalmente en el área de la ingeniería y la informática. El permiso europeo de trabajo para inmigrantes cualificados responde a esta realidad; próximamente será sometido a una votación fundamental en la comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo. Hemos hablado con la eurodiputada responsable del tema en la Eurocámara, la popular alemana Ewa Klamt.

El sistema de tarjeta azul buscaría atraer a inmigrantes cualificados a la Unión Europea, fijando normas comunes para los procedimientos de admisión. Propuesta por la Comisión Europea, la tarjeta azul funcionaría como un permiso de residencia de dos años de duración, tras los cuales se podría renovar y se tendría libertad de circulación por todo el territorio comunitario. También garantiza el acceso a la seguridad social y la posibilidad de aplicar medidas de reunificación familiar.

Cerrar la puerta a la inmigración ilegal

La ponente del informe que será sometido a votación el lunes por la tarde en la comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo, la eurodiputada alemana del Partido Popular Europeo Ewa Klamt, cuenta que la mitad de los emigrantes cualificados de los países del Magreb se dirigen a Estados Unidos y Canadá, mientras que sólo el 5,5 por ciento vienen a Europa.

"En Alemania hacen falta 95.000 ingenieros, y el mercado sólo dispone de 20.000 titulados", asegura. Por ello afirma que "siempre hemos dicho que necesitamos canalizar una inmigración legal" y añade que "sólo se puede cerrar la puerta a la inmigración ilegal si la abres a la legal". Explica que actualmente existen en la unión Europea "veintisiete formas distintas de gestionarlo".

Reservas

La iniciativa, sin embargo, ha sido acogida con ciertas reservas, ya que algunos estados miembros consideran que antes de dar un paso de estas características se debe completar la libertad de circulación en la propia Unión Europea de forma que ciudadanos europeos como búlgaros y rumanos accedan a plenamente ella antes de pensar en otorgársela a inmigrantes de terceros países.

En cuanto a la definición del término "inmigrante cualificado", Klamt apunta dos posibilidades: la posesión de un título de educación superior que requiera un mínimo de tres años de estudios o al menos cinco años de experiencia profesional demostrable en un área profesional determinada. Además, Klamt se opone a la introducción de un límite de edad y aclara que en su informe "no aparece ninguna disposición de ese tipo".

"Fuga de cerebros"

Otra de las preocupaciones principales expresadas durante la tramitación del texto en la Eurocámara ha sido la posibilidad de que la iniciativa provoque una "fuga de cerebros" de países en desarrollo hacia Europa. Klamt recuerda el compromiso de la Unión Europea con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y remarca que Europa "debe mantenerse firme en sus valores".

Sin embargo, recuerda que el mercado laboral es global y puntualiza que la Unión Europea no dejará de contratar a profesionales de alto nivel, aunque explica que los Estados miembros podrían rechazar una solicitud para una tarjeta azul si en el país de origen existe carencia de personal cualificado en ese área profesional. La ponente también matiza que se fijará un salario mínimo para este tipo de contratos, en función del salario medio bruto del Estado miembro en el que se contrate al titular el permiso.

El permiso europeo de trabajo para inmigrantes cualificados será sometido a votación por la comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo a principios del mes de noviembre. Después, el pleno de la Eurocámara tendrá que pronunciarse asimismo al respecto.

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