viernes, 18 de julio de 2008



Congresos: memorias del pasado y proyectos del futuro

José Luis Blanco Romero. Secretario Primero de la Mesa del Parlamento de Andalucía.

En estos días el PSOE celebra sus congresos en España, Andalucía y la provincia de Cádiz. El proceso de debates internos sobre los proyectos de futuro y la elección de las direcciones políticas correspondientes a cada nivel, terminará en octubre con los congresos locales.

El triunfo electoral permite abordar el debate interno desde la satisfacción por el apoyo ciudadano, aunque con las máximas cautelas para no caer en el triunfalismo y la autocomplacencia y con la preocupación por la crisis económica, que exige respuestas urgentes como las aprobadas por los gobiernos socialistas.


Somos conscientes de que se ha abierto una nueva etapa, un nuevo escenario político, que exige toda nuestra disponibilidad y esfuerzo para superar las dificultades del presente sin renunciar a las conquistas y los compromisos sociales asumidos en los programas electorales.


En la dinámica de nuestros congresos, durante el primer día, miramos hacia el pasado cuando evaluamos la gestión realizada por la dirección que finaliza su mandato, que en esta ocasión, y en correspondencia al éxito electoral, está recibiendo el respaldo mayoritario de la militancia.


A partir de este acto se produce un giro de ciento ochenta grados para ocuparnos del futuro, de los proyectos que afectan al interés general de los ciudadanos, conscientes de que su apoyo está permanentemente en cuestión y hay que renovarlo a través de la gestión de gobierno dirigida al cumplimiento de los programas electorales.


El ejercicio de memoria política nos ha permitido destacar el avance logrado por los gobiernos socialistas en la ampliación de los derechos ciudadanos y de las libertades individuales y colectivas. Hemos constatado que, en contra de lo pronosticado por la derecha, España no se ha roto por la reforma de los Estatutos de Autonomía, que el atentado del 11 de marzo en el metro de Madrid fue obra de terroristas islámicos sin vinculación con ETA y que la familia tradicional no ha desaparecido porque se hayan reconocido legalmente otras formulas de convivencia en el hogar.


La buena gestión de los asuntos económicos en la pasada legislatura nos ha permitido avanzar en la convergencia con Europa, lograr el superávit presupuestario y de la Seguridad Social, subir las pensiones y el Salario Mínimo Interprofesional y reducir las tasas de paro mediante la creación de más de tres millones de empleos.


En clave de futuro no se produce un salto en el vacío, sino la continuidad en el cumplimiento de los compromisos asumidos con los ciudadanos, traducidos en muchos casos a normas jurídicas que consolidan derechos individuales y colectivos, en relación con la igualdad, la lucha contra la violencia de género, la protección de la discapacidad y la mejora de los servicios públicos básicos como la educación y la salud.


En todo caso, tenemos presente que en materia de igualdad, de seguridad, de libertad y solidaridad, los socialistas nunca podemos darnos por satisfechos. Siempre se puede y se debe avanzar, mejorar, profundizar. Hay que continuar la tarea que ha convertido a España en el faro del progresismo en Europa y en el Mundo en materia de libertades públicas, de avances sociales y de solidaridad internacional.


Como dijo el presidente Zapatero en el reciente Congreso de Granada, cuando se refería a la posición de los socialistas en relación con la inmigración: «los principios no se pueden cambiar por nada, ni por votos, ni por miedos». Efectivamente, hay que estar por encima de las tentaciones populistas tan queridas por una derecha cínica, siempre dispuesta a administrar de forma interesada y en clave electoral los miedos atávicos, desde la desinformación y la propaganda.


En los momentos de crisis que atravesamos, los socialistas no podemos relajarnos, renunciar a lo que nos identifica. No estamos dispuestos a ser prisioneros de la xenofobia, el racismo encubierto, los fundamentalismos religiosos y el cinismo lectoral.

En los congresos, los socialistas nos hemos reafirmado en los principios progresistas y en los compromisos de gobierno, porque las conquistas sociales, la solidaridad con los más débiles y la cooperación internacional al desarrollo de los pueblos, no pueden depender de las coyunturas económicas desfavorables que, a fin de cuentas, la sufren en mayor medida los más débiles. Para aquellos que se inclinan por ser prácticos y pragmáticos, debemos recordarles que la mayor garantía de éxito electoral es la coherencia con los ideales en el discurso político y en la gestión de gobierno. La vitalidad democrática reside en la dialéctica, en la oposición de los contrarios, lo que exige marcar los perfiles propios, las diferencias entre la izquierda y la derecha.

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Publicado en La Voz Digital de Cádiz.

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