El texto, aprobado con 516 votos a favor, 92 en contra y 70 abstenciones, pide a los Jefes de Estado y de Gobierno de los países que participarán en la cumbre que "den a este asunto máxima prioridad y que den prueba de su liderazgo político". Además, solicitan a la UE que continúe desarrollando una política exterior en materia de clima y de expresarse con una sola voz para mantener su papel de líder en las negociaciones.
Los eurodiputados dicen que, como mínimo, las partes deben alcanzar en los primeros meses de 2010 un acuerdo jurídicamente vinculante que entre en vigor el 1 de enero de 2013.
El presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento, Jo LEINEN (S-D, Alemania), ha asegurado que "la UE ha mantenido una posición de liderazgo en la lucha por la protección del clima y queremos mantenerla en Copenhague. Por eso, tenemos que insistir en nuestra oferta de reducir las emisiones de CO2 un 30% en 2020".
El Parlamento Europeo subraya que el acuerdo internacional que se alcance en Copenhague debe garantizar lo siguiente:
Los países desarrollados reducen sus emisiones de CO2 de forma significativa (entre un 25% y un 40% para 2020 y al menos un 80% para 2050 en comparación con los niveles de 1990).
Los países en desarrollo limitan conjuntamente el aumento de sus emisiones de CO2 entre un 15% y un 30% por debajo de las previsiones en la situación actual. No obstante, habida cuenta de su peso económico, China, India y Brasil deberían comprometerse a alcanzar objetivos similares a los de los países industrializados.
Los países desarrollados tienen la responsabilidad de proporcionar un apoyo financiero y técnico suficiente a los países en desarrollo - estos compromisos para la mitigación y la adaptación al cambio climático deben ser "nuevos y añadirse a la asistencia oficial al desarrollo.
La introducción de una ayuda pública internacional de arranque con participación de la UE de entre 5.000 y 7.000 millones de euros anuales para el periodo 2010-2012.
La contribución colectiva de la UE a los esfuerzos de reducción y adaptación en los países en desarrollo tendrá que ser como mínimo de 30.000 millones de euros anuales para 2020.
Tanto los objetivos de reducción de las emisiones como los compromisos de financiación deben someterse a un régimen de cumplimiento reforzado que incluya un mecanismo de alerta temprana y sanciones.
Los futuros mecanismos de compensación tendrán que incluir normas estrictas de calidad de los proyectos para impedir que los países desarrollados priven a los estados en vías de desarrollo de las opciones de bajo coste y de garantizar que estos proyectos conduzcan a reducciones "fiables, comprobables y reales".
El transporte aéreo y marítimo deben incorporarse a un acuerdo sobre cambio climático amparado por la ONU, con los mismos objetivos vinculantes que existen para otros sectores industriales. Además, se debería subastar al menos el 50% de los derechos de emisión en este sector.
Apoyo financiero considerable a los países en desarrollo para detener la deforestación a gran escala, a más tardar, en 2020 y creación de un Mecanismo Mundial del Carbono Forestal.
Los eurodiputados destacan que un acuerdo en Copenhague podría estimular un "New Deal sostenible", que impulse promueva las tecnologías ecológicamente sostenibles, la energía renovable y la eficiencia energética, reduzca el consumo de energía y garantice nuevos puestos de trabajo y la cohesión social, tanto en los países desarrollados como en los que se encuentran en vías de desarrollo.
Por otra parte, la Eurocámara exige a Estados Unidos que haga vinculantes las promesas de la campaña electoral, dando así una fuerte señal de la voluntad, e insiste en que es esencial la contribución de India. En cuanto a Japón, los diputados reconocen su compromiso de reducir sus emisiones en un 25% para 2020 y aplauden las señales positivas de China.
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